Declaración del arzobispo McKnight sobre la tragedia en la escuela Annunciation

Siento un profundo dolor por los niños, las familias y la comunidad de la Escuela Católica Annunciation de Minneapolis, quienes sufrieron un acto de violencia tan terrible esta mañana. Ningún padre debería temer por la seguridad de sus hijos en la escuela, especialmente cuando se reúnen para encontrarse con el Señor en el Santísimo Sacramento de la Misa. Ningún niño debería tener que soportar semejante dolor y temor. Ningún maestro ni miembro del personal debería temer por su vida al realizar la noble labor de cuidar a los hijos de Dios.

La Sagrada Escritura nos asegura que «el Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado, salva a los de espíritu abatido» (Salmo 34:19). Cristo mismo venció el pecado, el mal y el miedo mediante el poder de su cruz y resurrección, y solo en él encontramos nuestra paz y seguridad. Respondamos hoy a esta tragedia con la oración, la solidaridad y la esperanza que solo el Señor puede dar.

Pido a todos los fieles de nuestra arquidiócesis que se unan a mí en oración por la comunidad católica de la Anunciación, por los fallecidos, los heridos, los dolientes y por la sanación de una comunidad desgarrada por esta tragedia. Que Nuestra Señora de la Anunciación interceda por ellos y por todos nosotros, para que Cristo, Príncipe de la Paz, nos traiga consuelo y fortaleza en esta hora de dolor.

Concédeles, Señor, el descanso eterno y que brille para ellos la luz perpetua. Que las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz. Amén.